¿Teletrabajas y tienes bruxismo? Te contamos por qué se relacionan

Jueves 21 de Enero del 2021

mujer teletrabajando Adoptar malas posturas mientras se teletrabaja desde casa puede favorecer la aparición de bruxismoNo cabe duda de que la pandemia por coronavirus ha traído consigo un aumento de la ansiedad y el estrés, que se mantienen puesto que la infección por el Sars-Cov2 no termina de remitir. Esta afectación psicológica, sumada a los cambios de vida, como el teletrabajo, parecen haber hecho empeorar los casos de bruxismo o haberlos originado.

Esta es la percepción de Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, que explica a CuídatePlus que tanto por la pandemia de la Covid-19 como por los cambios producidos en los hábitos diarios y en la postura a consecuencia del teletrabajo, “se ha producido un aumento del bruxismo. Los dentistas lo percibimos en la consulta por un aumento de las facetas de desgaste de los dientes y en el aumento de fracturas”.

En la misma línea, Eduardo Sánchez-Jáuregi, médico adjunto del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid, comenta que una situación como la pandemia es indudable que produce estrés y un malestar psicológico que el paciente que aprieta los dientes lo libera de esa manera. Y por ello no es de extrañar que las personas bruxistas hayan experimentado un empeoramiento durante la pandemia. 

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo, que consiste en apretar o rechinar los dientes de manera inconsciente, se realiza habitualmente por la noche aunque también puede realizarse durante el día. El bruxismo produce la alteración de los músculos mandibulares y de las estructuras adyacentes. Su principal causa es el estrés, aunque hay que valorar la presencia de otras patologías como una maloclusión de la boca, una asimetría esquelética, la presencia de artritis o de un trastorno degenerativo e inflamatorio de las articulaciones temporomandibulares. 

Ese estrés provoca que haya puntos de fuga o de válvulas de escape por eso cuando las defensas cognitivas están más bajas, es decir, “cuando estamos durmiendo, se tiende a apretar los dientes y a rechinarlos”, añade Castro. 

Malas posturas

Así, más allá del estrés, trabajar desde casa y no contar con una silla adaptada o regulable o no utilizar el ordenador en una mesa acorde con nuestras necesidades puede llevar a adoptar malas posturas. De esta forma trabajar en el sofá o en mesa del comedor o hacerlo encorvado produce posturas incorrectas que pueden acabar afectando a la articulación temporomandibular (ATM) -encargada de la oclusión dentaria y que permite masticar, tragar y hablar- y ocasionar bruxismo. “Una mala postura durante el día puede provocar que apretemos los dientes mientras dormimos. Cuanto más relajado esté nuestro cuerpo, menos tensión tendremos en la mandíbula”, asegura Castro.

Se trata, según Castro, de considerar la mandíbula como la primera vértebra de la columna vertebral. De esta forma cualquier malposición puede hacer también que se alteren los músculos de la masticación y de posicionamiento de la mandíbula produciendo el bruxismo. “Todo está relacionado desde un punto de vista postural y de estrés y repercute sobre ello”.

No sólo eso, sino que mientras trabajamos, o incluso cuando hacemos ejercicio físico, podemos también apretar los dientes de manera inconsciente. Por ello Sánchez-Jáuregi resalta que muchas veces hay que recordar a la persona con bruxismo que debe relajar la musculatura durante el día y darle pautas para desarrollar herramientas que le permitan hacerlo. 

Férula de descarga

El bruxismo puede producir disconfort, dolores de cabeza, fracturas dentales, dolor de cuello y de la articulación temporomandibular (ATM) o de las zonas en las que se insertan los músculos que permiten cerrar la mandíbula -maseteros, temporales y pterigoideos- al estar hiperactivados de forma crónica. De hecho, a largo plazo la persona con bruxismo puede sufrir un síndrome de dolor miofascial. 

Y aunque el hecho de apretar los dientes no desaparece, conviene que el dentista diseñe una férula de descarga, también conocida como férula de Michigan o férula de miorrelajación. Estos dispositivos de acrílico "dispersan la fuerza que efectuamos con los dientes y los músculos al dormir” y evita sobrecargar los dientes y que se desgasten. Además, la férula permite reposicionar los cóndilos y relajar de forma progresiva los músculos. 

Es esencial que la férula esté diseñada a la medida del paciente y que sea revisada cada cierto tiempo por el dentista para adaptarla o reponerla si está desgastada, según explica Castro, ya que “una férula mal adaptada puede ser contraproducente. Se utiliza para dormir pero en casos extremos puede llevarse también durante el día”.

En ocasiones también será necesario tomar antiinflamatorios y/o relajantes musculares, siempre que sean prescritos por el dentista o el médico. De hecho, el tratamiento del bruxismo lo pueden realizar tanto los dentistas como los cirujanos maxilofaciales, en función de las necesidades del paciente. “También es aconsejable acudir al fisioterapeuta, que ayudará a recuperar y proteger la función de la articulación de la mandíbula y a corregir defectos posturales”, apunta el presidente del Consejo General de Dentistas.

Sin olvidar que realizar ejercicios de corrección postural, seguir unos hábitos alimenticios saludables y practicar actividad física con frecuencia, ayudarán a reducir el estrés y evitar el bruxismo.